De atletas de éxito a trabajadoras sexuales
Llegar a convertirse en un atleta profesional no es algo sencillo, ni mucho menos. La disciplina, el esfuerzo y el sacrificio que se requiere para poder vivir del deporte al máximo nivel no están al alcance de cualquiera. De hecho, muchos jóvenes comienzan a prepararse para ser profesionales cuando son apenas unos críos. Empujados por sus padres, que ven una carrera exitosa para sus vástagos, los niños son obligados a acudir a sesiones de entrenamiento diarias, y cuando llegan a la adolescencia, a competir como si fueran adultos. Con toda la presión y todo el sacrificio que eso requiere, sin fiestas, sin tener una vida normal para alguien de su edad. Cuando llegan a la cima y recuerdan con humildad esos primeros pasos que les han llevado allí, todo el mundo aplaude y se emociona. Han luchado por conseguir su sueño, y han demostrado que con esfuerzo y perseverancia todo es posible. Pero nadie habla de los años que han perdido, o de todos aquellos que se quedaron por el camino.
El deporte profesional es un mundo hipercompetitivo en el que la mente debe ser tan fuerte como el cuerpo, y por tanto, entrenarse como tal. Los deportistas deben aguantar la presión, tener esa ambición de querer superarse a sí mismos en todo momento, y anteponer su preparación a cualquier otra cosa en la vida. Y eso incluye diversión, fiestas, relaciones de pareja y en muchos casos incluso familia. El deporte es lo primero y es lo más importante, porque es su vida entera. Sin embargo, llegados a cierta edad y todavía jóvenes, estos deportistas deben retirarse, porque las nuevas generaciones vienen apretando fuerte. Es algo que ocurre con demasiada frecuencia y con sorprendente prontitud en la gimnasia y el atletismo. Aquí, los deportistas de más de 30 años ya suelen ser vistos como viejas glorias, y su retirada se vuelve inminente. ¿Qué hacer cuando llevas toda tu vida esforzándote y sacrificándote para vivir de un sueño que apenas dura unos años? El retiro, a veces dorado, se puede convertir en una trampa mortal para muchos y muchas.
Prostitución y pornografía como nuevo proyecto
Las situaciones que se desencadenan tras la jubilación de las deportistas de élite son de todo tipo. Algunas atletas abren escuelas o gimnasios para poder seguir ligadas al deporte. Otras, si han conseguido grandes logros, permanecen en las federaciones como entrenadoras para las futuras estrellas. Hay quien puede incluso vivir de las rentas conseguidas durante sus años dorados. Pero la mayoría encuentran un gran vacío, no solo laboral, sino también vital, cuando abandonan el deporte. Algo que es complicado de llenar y que en ocasiones les hace sacar su lado más oscuro… o morboso. Y es que no han sido pocas las estrellas femeninas del atletismo o la gimnasia que han terminado aprovechando su belleza y sus cuerpos torneados para introducirse en la industria del sexo.
Suzy Favor
Uno de los casos más sonados es el de la atleta de élite Suxy Favor. La estadounidense fue toda una estrella en su país en los años que pudo competir, llegando a ser una de las mejores velocistas del mundo. Su participación en los Juegos Olímpicos de Barcelona, Atlanta y Sidney así lo atestigua. Fue en esos últimos, en el año 2000, cuando Favor tuvo el traspiés que cambiaría por completo su carrera. Una caída en plena competición de la que no puso levantarse, y que la condenaría a la retirada poco tiempo después. En aquel momento, la atleta era querida y respetada por todo el país, habían creado una fundación con su nombre y daba charlas sobre superación para Disney, nada menos. Pero algo se había despertado en su interior.
La atleta reconoció en su libro Fast Girl que se sentía vacía sin competición. Había estado toda su vida concentrada en ganar, en ser la mejor, y esa ambición no desaparecía cuando dejó el atletismo. Solo se trasladó a otro campo, el del sexo. Favor reconoció sufrir una enfermedad de trastorno bipolar que la obligaba a medicarse constantemente. Aquello, según sus propias palabras, desencadenó en su cuerpo un desaforado deseo sexual. La chica se convirtió en una adicta al sexo, y empezó a trabajar como escort de lujo, cotizándose a 600 euros la hora. Un periodo del que ahora se arrepiente, pero que le sirvió para ganar mucho dinero después de abandonar el atletismo. La chica considera que fue la depresión la que la llevó a tomar la decisión de hacerse profesional del sexo.
Florida Leonida
Rumanía siempre ha sido un país tremendamente destacado en gimnasia. Desde Nadia Comaneci a Florida Leonida, las gimnastas rumanas han conseguido medallas y primeros puestos en muchos campeonatos en las últimas décadas. Comenzaban siendo apenas unas niñas, y en algunos casos, sus carreras terminaban antes de los 25. Así le ocurrió a Florida Leonida, una de las grandes promesas de la gimnasia europea, que tuvo que retirarse prematuramente. Al no tener que competir, decidió fundar un gimnasio en Alemania, aunque luego encontró un trabajo aún mejor. Comenzó a emplearse como escort en el prostíbulo donde su novio trabajaba. Se sentía atraída por aquel mundo de morbo y placer, y su situación económico no era para tirar cohetes, así qu8e no se lo pensó dos veces a la hora de empezar a trabajar como amante profesional.
Verona van de Leud
Y es que si lo pensamos bien, la situación de tener que retirarte con veintipocos años es una auténtica crueldad que se da demasiado a menudo en el mundo del deporte profesional. La gimnasta Verona van de Leud es otro ejemplo de ello. Prometía ser una de las grandes estrellas de Holanda en esta disciplina, y con apenas 17 años ya participaba en torneos a nivel internacional. Sin embargo, una serie de lesiones y mala suerte llevó su carrera a un final prematuro. Con solo 22 años, la joven vio su sueño truncado, y lo que es peor, fue estafada por su propia familia. Sus ahorros, gestionados por su padre, se habían esfumado. Verona los demandó y tuvo que marcharse de casa para buscarse la vida.
Terminó introduciéndose en el mundo de la pornografía a principios de la década de 2010, gracias a su físico esbelto y su belleza natural. Estuvo durante años siendo una de las actrices europeas más relevantes, hasta que decidió retirarse de la industria, también bastante joven. En 2020, su nombre volvió a sonar con fuerza durante la pandemia gracias al contenido que subía a Onlyfans. La plataforma de creadores de contenido para adultos ha dado alas a muchas de esas chicas que, por una u otra razón, encuentran en el sexo una forma de vida. Sean simples estudiantes con ganas de ganar dinero o atletas retiradas antes de tiempo, la demanda de belleza y erotismo siempre debe ser satisfecha. Y en los tiempos en los que estamos, donde Internet lo facilita todo tanto, cualquier chica puede convertirse en una reina del sexo desde su propia habitación.