Alysha Newman, de la pista a Onlyfans
El sueño de cualquier deportista de élite es representar a su país en unos Juegos Olímpicos. No hay mayor gloria para alguien que se dedica al deporte que vestir los colores de tu nación y pelear por la gloria de las medallas. Incluso en deportes que no son tan populares dentro de las Olimpiadas, como el fútbol, los jugadores siempre tratan de acudir a este torneo. Por su valor histórico, por la propia experiencia de reunirse con otros deportistas de élite… Es una sensación indescriptible que además solo se da cada cuatro años. Hay que pelear muchísimo por estar ahí, sobre todo en deportes individuales donde al final, el rendimiento lo marcas tú mismo. Hacer historia para tu país en una disciplina donde nunca se ha ganado una medalla es algo que te hace entrar automáticamente en la leyenda. Y a este respecto, muchos nombres de hombres y mujeres ya están escritos en letras de oro. Pero la vida del deportista de élite no es precisamente sencilla.
Los duros entrenamientos obligan a que esa persona esté prácticamente todo el día pensando en el deporte, dedicándose de lleno a la práctica de su disciplina. Solo así se llega a ser realmente el mejor del mundo en algo. Los sacrificios pueden ser absolutamente devastadores, y no es de extrañar que en muchos casos la presión les pueda. Todos recordamos a la gimnasta Simone Biles, que tuvo que retirarse de varias competiciones por problemas de ansiedad, visibilizando también este tipo de trastornos en los deportistas. La presión no es el único problema que sufren estos atletas. El hecho de competir no se rige solo por la calidad o el rendimiento, sino también por la necesidad de patrocinios. Muchos atletas de élite, aun participando en grandes competiciones, tienen que sobrevivir como pueden y no son capaces de tener una estabilidad económica normal. Además, su vida deportiva suele ser corta, ya que más allá de los treinta años el rendimiento comienza a decaer. Esto provoca que, en ocasiones, los deportistas tengan que buscar alternativas para vivir mejor, como ha hecho la pertiguista canadiense Alysha Newman, la última sensación de Onlyfans.